Una chispa de ciencia en PILARES
En PILARES comenzamos a imaginar algo distinto: que la ciencia además de estar en salones, laboratorios o museos, también la puedes descubrir en tu propio barrio, en los PILARES.
Desde entonces lo que parecía una idea ambiciosa se ha convertido en una realidad viva.Hoy tenemos donde niñas y niños observan por primera vez el universo a través de un telescopio; jóvenes que descubren que la física es interesante y útil para comprender su entorno; personas adultas que preguntan, cuestionan y se emocionan.
En comunidades donde muchas veces se ha negado el acceso al conocimiento científico, la divulgación se vuelve una un acto de justicia social: un modo de devolver la palabra, la pregunta y la capacidad de imaginar. Se trata de crear espacios que despierten la curiosidad, el asombro y la conversación, más allá de compartir solo datos. La ciencia, entendida así, no es una serie de conceptos complicados, sino una actitud frente a la vida: una forma de hacerse preguntas, de buscar respuestas y de imaginar soluciones entre todas y todos.
Carl Sagan decía que “el conocimiento es un deleite” y eso es lo que hemos visto en estas semanas, personas que se reconectan con su capacidad de maravillarse. Porque divulgar ciencia en PILARES es encender una chispa que con el tiempo puede expandirse como una llama viva, capaz de iluminar caminos , es recordarle a cada quien que tiene derecho a comprender el mundo que lo rodea. Una madre de familia, un niño, un joven curioso, un adulto sin formación puede realizar un experimento sencillo o mirar el cielo con preguntas fascinantes, sin necesidad de ser especialista. Basta con abrir la puerta del PILARES, tener voluntad de compartir y ganas de descubrir juntos.
Como docentes, este camino también nos transforma. Formarnos, capacitarnos y crecer es una oportunidad valiosa para descubrir nuevas habilidades y ampliar nuestras posibilidades. Cada taller que aplicamos nos enseña algo nuevo. Descubrir con la comunidad nos recuerda por qué esto nos apasiona. Estamos aprendiendo a enseñar con el corazón, a crear puentes entre saberes y a imaginar futuros posibles desde el conocimiento compartido.
La puerta del conocimiento se abre con una llave poderosa, la curiosidad. En PILARES, cada persona que se acerca trae consigo una pregunta, una inquietud, una chispa que merece ser escuchada. Nuestro mayor reto, y al mismo tiempo nuestro beneficio, es cultivar esa chispa, hacerle saber a todas y todos que toda duda es valiosa, todo razonamiento merece ser explorado, porque aprender es un acto de esperanza.
Escrito por Luis Ángel Velázquez Gutiérrez
Fotos por la Coordinación de Comunicación Educativa Comunitaria