REPENSAR LA CIUDAD PARA LA EDUCACIÓN Y EL CUIDADO
Escrito por Karen Cortes y Alexis Ortiz.
Cada rincón de la Ciudad de México cuenta una historia distinta. En ella las personas tienen su propia experiencia en su habitar, transitar y residir. Detrás de este mosaico de realidades en el fondo existe una tensión que ha sido perpetuada por políticas que han priorizado el mercado sobre el bienestar de la comunidad.
Así las ciudades se convierten en espacios competitivos, abiertos al capital pero cerrados a la construcción de tejido social, vínculos comunitarios y la justicia. Las calles se vuelven territorios donde predomina el capital y una estructura arquitectónica que beneficia en muchos aspectos sólo a los hombres a través de los automóviles, la arquitectura hostil sin iluminación, falta de acceso a espacios para la cultura y recreación, inseguridad, centralización de educación y otros servicios. Esta falta de atención a lo comunitario y a los espacios públicos ha provocado una rupra en la vida social de la ciudad.
¿Cómo la Ciudad de México responde a esta tensión? Ante este panorama vienen al rescate las misma capitales afectadas, donde las ciudades educadoras y de cuidados proponen un modelo con espacios públicos donde las y los habitantes tengan acceso gratuito a la educación, cultura, deporte, autonomía económica y cuidados. Con el propósito de que las personas ejerzan sus derechos y estén cerca de sus domicilios.
Una Ciudad Educadora promueve el desarrollo humano desde la infancia, buscando construir una comunidad libre, responsable, solidaria y enfocada en el bien común. En estas ciudades, el acceso a la educación, la cultura y el deporte se vuelve un derecho para todas las personas que la viven, no un privilegio para unos pocos. Por otro lado, una Ciudad de Cuidados prioriza la creación de espacios y servicios que apoyen el bienestar de las personas, especialmente de quienes tradicionalmente han asumido las responsabilidades de cuidado, como las mujeres, adultos mayores, e incluso niñas y niños. Aquí, el cuidado es visto como un valor esencial que sostiene el funcionamiento de la sociedad.
En la CDMX a partir de 2019 se han construido y consolidado tres grandes iniciativas que tienen como objetivo brindar los derechos antes mencionados y cuidados. Con una oferta diversa de actividades educativas, culturales, deportivas y para descentralizar estos servicios el gobierno de la ciudad puso en marcha a los Puntos de Innovación, Libertad, Arte, Educación y Saberes (PILARES), la Red de 8 Fábricas de Artes y Oficios, mejor conocidos como FAROS y las 12 Unidades de Transformación y Organización para la Inclusión y la Armonía Social (UTOPÍAS)
Estos tres proyectos mencionados tienen como fin fomentar la inclusión social, fortalecer los lazos comunitarios, abrir espacio a la creatividad, expresión artística y sobre todo democratizar la educación, arte, deporte y salud. Así como fortalecer el sentido de pertenencia entre las comunidades y construir una mejor calidad de vida de las personas que residen en cada rincón de la capital.
Los PILARES, FAROS y Utopías son ejemplos de cómo una Ciudad Educadora y de Cuidados puede transformar y dignificar vidas, las vidas de personas que ahora tienen acceso a actividades que les den alivio a su cuerpo y espíritu, así como un lugar al cual puedan acudir para conocerse y superarse a sí mismas o mismos.