FÚTBOL Y COMUNIDAD: TRANSFORMANDO VIDAS EN PILARES SAN ANDRÉS TETEPILCO
Artículo: Alexis Ortiz
Fotografías: Joaquín Caballero
Coordinación de Comunicación Educativa Comunitaria, PILARES
En San Andrés Tetepilco, las calles vibran como un estadio en día de partido, y en medio de esa energía se erige uno de los Puntos de Innovación, Libertad, Arte, Educación y Saberes (PILARES) San Andrés Tetepilco un espacio para el deporte, un refugio para los sueños. Aquí, los ecos de risas y los gritos de ánimo de los niños resuenan con fuerza, creando un ambiente que promueve la camaradería y el esfuerzo colectivo. En este escenario, el profesor Marco Domínguez se ha convertido en un mentor que, a través del fútbol, busca transformar vidas.
En este contexto vibrante y lleno de esperanza, la historia de este entrenador y sus alumnos se despliega como un testimonio del poder del deporte para transformar vidas. A medida que el sol se pone sobre el campo, las niñas y niños corren tras el balón, persiguiendo un sueño, un sentido de pertenencia y comunidad. Este esfuerzo colectivo no es solo un relato de fútbol; es una celebración de la resiliencia y el amor por el deporte, es la búsqueda por un futuro mejor.
Desde hace más de cinco años, Marco ha sido promotor deportivo de PILARES, una iniciativa que se ha propuesto darle la oportunidad de acceder de manera gratuita a un deporte, que para muchos parece inalcanzable. Con más de 30 años de experiencia en el mundo del fútbol, su carrera ha abarcado desde clubes profesionales hasta el desarrollo de talentos en categorías infantiles. Sin embargo, su verdadera pasión se ha concretado en este programa, donde cada entrenamiento no es solo una lección técnica, sino una clase de vida que enseña valores fundamentales.
La historia de Marco Antonio es un reflejo de su compromiso. Motivado por las historias personales que enfrentan sus alumnos, ha dedicado su vida a fomentar un ambiente inclusivo donde cada niño pueda encontrar su lugar y desarrollar su potencial. Su enfoque va más allá de ganar partidos; busca crear una comunidad sólida y unida, donde el fútbol se convierte en un medio para construir mejores ciudadanos.
Como un entrenador que conoce las fortalezas y debilidades de sus jugadores, Marco adapta su metodología para que cada niña y niño encuentre su posición ideal en esta alineación de la vida. Por ejemplo, Matías, quien es aficionado a los Pumas, a sus 13 años, ha encontrado en el fútbol una forma de superar sus dificultades de salud, sino también una pasión que lo impulsa a ser mejor cada día. Abigail, por su parte, desafía los estereotipos de género en el deporte, demostrando que con determinación y talento, se pueden romper barreras. Ambos son ejemplos vivos de como PILARES está cambiando realidades y fomentando un futuro prometedor.
Con su experiencia y dedicación, Marco Antonio se encuentra al frente de un grupo de jóvenes soñadores, todos unidos por una misma pasión: el fútbol. "Me motivó ver la carencia de niños que no pueden acceder a escuelas de fútbol", explica mientras detalla su misión: ofrecer una oportunidad a aquellos que, por su situación económica, se ven excluidos. Para él, formar parte de PILARES es un orgullo; se siente enamorado del programa y de su impacto en el desarrollo personal de sus alumnos.
En cada sesión, Marco se esfuerza por inculcar valores fundamentales. "El respeto, la amistad, el compañerismo", enumera con firmeza. Para él, no se trata solo de aprender a jugar, sino de construir una familia dentro del campo. "Si un chico se cae, todos deben apoyarlo", dice, enfatizando la importancia de trabajar en equipo y generar un ambiente de apoyo mutuo.
Las dinámicas de entrenamiento son meticulosas. Comienzan con acondicionamiento físico, seguido de ejercicios de coordinación motriz y culminan con técnicas específicas del deporte. "Todos participan, nadie se queda fuera", asegura, convencido de que la inclusión es clave en su metodología.
Los logros del equipo son numerosos. Entre ellos, destaca el orgullo de haber llevado a una de sus alumnas a formar parte de la selección femenil de la Ciudad de México. "Ver que podemos llevar a más chicos a esos niveles es un gran aliciente", afirma.
La influencia del fútbol en la vida de los niños es notable. "El deporte es salud", dice Marco, y subraya cómo el fútbol ha transformado a muchos de sus alumnos, quienes llegan con actitudes desafiantes y se convierten en jóvenes respetuosos y educados. Para él, más allá de los resultados en el campo, lo que realmente importa es el desarrollo integral de sus jugadores.
Matías, es uno de los muchos beneficiados por esta filosofía. Quien superó el asma gracias al fútbol, un deporte que se ha convertido en su pasión. "Todo para mí es el fútbol", afirma con determinación, y reconoce que la disciplina adquirida en el campo se refleja en su vida diaria, incluyendo su desempeño escolar.
Por otro lado, Abigail, sueña con algún día ser la guardiana de los tres palos en el club de sus amores, el América. Como guardameta ella no solo protege el arco, sino también sus sueños. Cada atajada es una respuesta firme a los estereotipos que intentan alejarla del deporte que ama. Como si cada entrenamiento fuera una tanda de penales, Abigail se enfrenta a los desafíos con determinación, demostrando que no hay género que defina quién puede jugar y triunfar en esta cancha. "Un regaño que te hace llorar no te debilita, sino que te fortalece", afirma, convirtiendo cada crítica en motivación para mejorar su juego.
Ambos, Abigail y Matias, representan el futuro del fútbol en México, y su experiencia en PILARES les proporciona no solo habilidades deportivas, sino también herramientas para enfrentar la vida con confianza y responsabilidad.
Los entrenamientos en PILARES San Andrés Tetepilco no solo preparan a los jóvenes para competir; les enseñan a enfrentar la vida con confianza y responsabilidad, como un equipo bien entrenado que juega cada día como si fuera la final de un torneo importante. Aquí no solo se vive un relato de fútbol; sino una historia de superación, comunidad y pasión que demuestra que, a través del deporte, se pueden construir sueños y transformar vidas. El profesor Marco y su equipo continúan trabajando con dedicación, sembrando las semillas de un futuro prometedor en cada uno de sus alumnos.